Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





...y zapatos de goma. Delirios de febrero, en Jujuy.












Llegó la hora de creer en la Diosa

Pachamama


















Escrito en febrero de 2011, en Argentina.
Planeta Tierra.


Me equivoqué. Mucho. Pero así es la vida, así se aprende. Y sé, me seguiré equivocando. No voy a escribir demasiado. Será un perfume, para los que deban recibirlo. No serán todos. Sino algunos. Los que no lo reciban, no pasa nada, recibirán otras cosas. Es decir, somos lo mismo, pero cada uno con sus talentos, con sus falencias y búsquedas. Con su aprendizaje en esta vida que toca. Para aquellos que lo reciban,
bienvenidos al camino de la conciencia de la Pachamama, nuestra Gran Madre.

Se solicita, se agradece, es necesaria, la difusión de este libro.

No salió de una autora, sino de muchos. Nada es nuevo, sino recibido. Recoge el arte, las enseñanzas, las experiencias de muchos seres, de reinos distintos, y de distintas disciplinas. Y se da.

También es necesario destacar que esta es UNA mirada sobre algo. No es la verdad. Y seguramente, necesariamente, va a ser superada por el vacío, el sentir y el pensamiento de otros. De eso se trata. De dar lo que uno recibe. Sembrar granos. Algún día crecerán más brotes. Hey, Bobby Marley, como diría Manu Chao.

El sistema digestivo, toma del afuera, procesa, se nutre de lo que le sirve y elimina lo que no, diría el Enfoque Holístico de la Salud y la Enfermedad, de Nana. Con ese criterio debe ser leído este libro. Y a quienes deseen continuarlo, sólo es necesario un corazón en la búsqueda verdadera de la integración de su luz y su oscuridad.

Hay de todo, en todo, en todos, en cada uno.

No existen maestros totales, más que la Energía, El Cielo y La Tierra. El resto, todos, podemos ser invadidos por sus voces. Ser maestros de a ratos. Algunos más, otros menos. Estos tres principios, grandes dioses, hablan en todos, se manifiestan.

Y pueden manifestarse cada vez más, pueden ser conocidos cada vez más, si uno elige. Como dirían, Buda está en cada uno. Puede florecer. Es un camino posible. Para todos.

Esta es UNA mirada sobre algo. Una verdad. Contradictoria, con agujeros, seguramente. La perfección no existe. Y si alguien se las vende, desconfíen.

Cada uno tiene que descubrir su propia verdad, y confiar en ella.



Como diría el Osho compañero,
no hay mayor milagro que darte cuenta: eres tú mismo.










Conócete a ti mismo.
Observa afuera.
Descubre.
Celebra.
En la Tierra, junto al Cielo.
Date cuenta
tu corazón es un milagro
está latiendo
AHORA.




















I

La trilogía.

En el cristianismo se habla de Dios, creador del Cielo y de la Tierra. El padre, el hijo, el Espiritu Santo. María, José y Jesús. Para los antiguos chinos, que nos han legado el I Ching, también existen tres principios. Yang, -lo Creativo, el Cielo-; Ying, -lo Receptivo, la Tierra- y Chi, -la energía- que hace danzar los opuestos complementarios. Al observar varias religiones comparativamente, la presencia de la triada es reiterativa.
Hace tiempo, en una revista, leí que la cultura china y la de nuestros pueblos originarios se parecen más entre sí, que a la sabiduría occidental. Puede ser. El pensamiento occidental no tiene el refinamiento de China ni la sabiduría de nuestros pueblos originarios. Pero sí tiene una gran potencia.

Dios es Chi, es la energía, el universo.
Esta mal llamado Dios en masculino, porque se trata de una energía sin sexo, o en todo caso, con ambos sexos. Hermafrodita. La mitología griega da cuenta de esto. Una chica o un chico trans, sabe de qué hablo.
Chi nos antecede, está por encima de nosotros, de alguna extraña manera, nos dio la vida. Está presente en cada estrella, planeta, satélite, cometa, en cada árbol, pájaro, persona, insecto. Está en cada ser, en cada cosa, animada, inanimada, porque incluso los elementos hechos por el hombre, son la energía cósmica manifestándose. Por eso siempre se dice que Dios es cada uno. Además, lo obvio, como se diría en Terapia Gestalt, son el Sol y la Luna, principio masculino y femenino, Universo. Grandes dioses, como observaron nuestros hermanos indios. Sin ellos, no existiría la vida en nuestro planeta.
No voy a llamar Dios, sino ENERGÍA COSMICA HERMAFRODITA.

El Cielo
Acá pensé bastante. Al observar el cristianismo me encontraba con varios problemas. Si Dios está en el Cielo, ¿quién es la energía entonces, el espiritu santo? Creo que hasta debe haber muchas contradicciones sobre esto. Azarosamente, voy a decir, entré en una iglesia, y escuché un salmo, Dios, creador del Cielo y de la Tierra, ahí me cerró. Cuando el sacerdote comenzó a hablar de los mártires, me retiré. No creo en eso. El destino de cada uno es celebrar su vida, no sufrir, y menos por el mundo. Y la castidad llega cuando el sexo se trasciende, antes es una represión.
Entonces, retomando lo que dije, Dios, es la energía cósmica hermafrodita. Sin sexo o con los dos, como prefieran. El Cielo es el principio Creativo, Penetrante, el hombre. penetra en el Tierra y la fecunda. Por eso para nuestros hermanos indios, sabios, el Viento, la Lluvia, son dioses. Están arriba. Son necesarios para la vida. Sin ellos, no existiría nada. La Astrología así lo sabe, pero creo que se pierde varias cosas por sólo mirar el Cielo. Como es arriba es abajo, decía Hermes. Que sabio.
Voy a llamar: EL CIELO, LO CREATIVO, PADRE, tomando del I Ching. Aunque al leer más fino encontrarán el Cielo de la Naturaleza, el Cielo de los hombres.

La Tierra
Yupanqui, me dijo una vez una amiga, canta que el poeta no elige serlo, es la Tierra quien lo elige. Es cierto.
La Tierra es madre, es penetrada por el Cielo, por la Lluvia, el Viento, recibe, es germinada y da vida. Una gran mujer. Rodeada de hermanos y hermanas, Venus, Marte, Mercurio, Plutón, Neptuno, Júpiter, Saturno -no están en ese orden, no lo recuerdo-, rodeada por estrellas, y tanto más que no sabemos. Planetas que son energías, han sido ideas para el hombre. Hades, dios del infierno, la transformación. Afrodita, diosa del amor y la belleza. Mercurio, dios del comercio, el intelecto. Marte, dios de la guerra, del impulso. Zeus, el dios supremo, justicia, dador. Cronos, limitador, que es vencido finalmente, por sus hijos. Neptuno, dios de los océanos y las tempestades.
La Madre Tierra crece gracias a la Energía Cósmica Hermafrodita, Sol y Luna. Sin ellos, nada. La Tierra recibe del Cielo, conserva, hace crecer y deja suelta para que florezcan los seres. Piensen en una mujer embarazada. El organismo es un maestro, como diría el Dr. Carlos Gatti y la Lic. Maia Zuretti. Como diría la banda reggae Gondwana, la Tierra es un ser vivo. Sus venas son las aguas que recorren latitudes extensas, que llevan vida a cada parte. Su piel es de selva o de desierto o intermedio. Su centro es fuego, está protegido. Aunque el hombre está llegando a muchas partes, donde no debería.
La Tierra nos provee todo. Quizá ahora costaría porque somos muchos, y comen bien algunos pocos. Y se piensa en ganancia más que en la diosa que nos sostiene.
En el I Ching la Tierra tiene la figura de una Yegua. Por su docilidad frente al destino, lo que recibe, pero también por su fortaleza y su belleza.
La Tierra habla, se muestra, enseña. Sólo hay que saber ver. Saber escuchar su llamado. Sus respuestas, frente al hombre, y siglos de abuso para con ella. Somos hijos de su vientre. Si nuestra Madre muere, no hay posibilidad de nada.
Voy a llamar: MADRE TIERRA, GRAN DIOSA.





































Dios barbudo
aunque llevas pollera y corbata
universales,
el Cielo y la Tierra complementarios
pero
siglos
y siglos
                         sólo de Cielo
llegó la hora
de integrar
……………….…abajo………..…………



















II
Humanidad

Todos sabemos que vivimos en una sociedad capitalista, y machista. Hace poco, un amigo militante, me hizo ver que las relaciones de compra y venta están tan arraigadas en nuestra forma de ver y transitar la vida, que parecería que el amor también se trata de eso. Y en eso, aún cuando la mujer parecería haber ganado espacio, en eso, parecería no haber avanzado tanto. Se puede mirar Oriente y asustarse, no es necesario irse tan lejos, basta con mirar un poquito más, más cerca.
Desde siempre se habló de Dios. Hombre para muchas religiones, el Señor. Ya sabemos, al menos yo creo, que se trata de la energía hermafrodita. Nos queda el Cielo. Mirar al Cielo. Que quede claro, como pueden encontrarlo en el Tao Te King, de Lao Tsé, se necesitan ambos. No estoy negando la realidad del Cielo, sino que estoy mostrando que es necesario comenzar a ver hacia abajo. Integrando los opuestos, complementarios. El mandala del Ying y el Yang es hermoso para enseñar sobre esto. Los dos son necesarios, es sólo que observando el sufrimiento de la tierra, quizá llegó el momento de ver un poco más hacia abajo.
Mujer, un desierto nació en mi pecho, decía un poema. Puede verse como el descubrir que aún nos queda un largo camino. O puede ser una bendición, el desierto con sus cactus, sus zorros, sus noches de silencio. Tanto como la selva, con su diversidad de árboles altos, con su música de pájaros, monos y tantos hermanos insectos.
En la mitología griega Gea era la esposa de Urano. Gea, la Tierra. Más tarde, llegará Venus, diosa de la belleza y de libre elección para sus hombres, aún cuando papá Zeus la entregó a Hefestos. También Artemisa, con su arco, sus animales, su castidad por elección. Deméter, diosa de la agricultura y los frutos, cuya hija Perséfone, fue raptada por Hades, dios del inframundo, mientras estaba oliendo flores. Hécate era benerada de puertas adentro. Por su imagen oscura, por considerarse protectora de las brujas. Hécate era doncella, madre y anciana. Trilogía, again. Se la representaba en animales, una serpiente, una yegua y una perra. No se conocían nuestros hermanos indios con los griegos. Pero la concepción de animal de poder -arquetipo según Jung, como también los arcanos del Tarot- por lo que vemos es antiquísima. La chamana la utiliza para viajar por los tres mundos. Para volver del viaje, habiendo transitado, después reconocido, atributos de sus animales, como recursos que le permiten aprender, desenvolverse en este mundo. No es necesario ser chamana para eso, haciendo la meditación dinámica de Osho, quizá, cualquiera puede transformarse en animal.
Volviendo a la mitología griega. Haciendo la aclaración, que los dioses de la antigua griega, la cuna de nuestro pensamiento son ideas. Ideas que construyó el ser humano para venerar afuera aquello que se esconde en sí mismo y para rendir homenaje a aquello que desconoce. Muchas divinidades son eso. Semillas. Dependerá de las circunstancias del afuera si brotan o no. En este caso, en el caso del ser humano, depende de cada uno. Como dice el Osho, una rosa es un rosa, no puede transformarse en clavel. El ser humano sí puede ser transformado.
Sabemos que el arte es un intento por alcanzar la belleza de la naturaleza. Siempre intentando alcanzarla, nosotros, humanos, y sin embargo, está muy cerca. Aún en la ciudad más gris puede observarse una pequeña planta que crece en el cemento. ¿Acaso eso no es la divinidad más absoluta?, ¿no es un ejemplo de resistencia, de perseverancia, de belleza? Como la flor de loto, que crece en los pantanos. Puede representar la iluminación accesible a todos, puede representar que aún la oscuridad hace crecer. La experiencia enseña, como dijo un amigo asceta Fray, en verdad, la experiencia ocurre, lo que elegimos aprender de ella es el aprendizaje verdadero. Lo que nos permite ir por la vida más livianos, pero a la vez, más fuertes.
La naturaleza enseña al hombre, si puede ver. Y cuando ve, agradece, conserva. Piensen en una mujer embarazada. La Tierra debe ser honrada y preservada. Esto es lo más urgente.