Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





Amores ocultos (Venus en Casa XII)

Responsabilidad de quien elige, siembra su Causa. La Justicia nos Ve a los ojos. El Creador todo lo sabe. Un hombre infiel es un hombre mentiroso, ocultador, versátil. A veces resulta cobarde y es esa cobardía la que lo termina transformando en cruel. La mujer que accede es vulgar, sin noción de la totalidad de la cual es parte. Sin la empatía necesaria para Darse Cuenta que su presencia es capaz de quebrar a una familia. No intento generalizar, hay mujeres que engañan y hombres que no. Aunque si me es necesario referir a que un vínculo de pareja estable se construye entre dos. Dos que alimentan, construyen o destruyen. Y desde allí, las honduras donde el pecado, el error, comienza su juego. El trabajo arduo del que sostiene la farsa legal y, a la vez, otorga quizá sólo carne quizá también alma a su amante. Pero somos humanos. Mientras que perdón es una palabra vacía en lenguas necias, el arrepentimiento es una labor que lleva tiempo. El arrepentirse y comprenderse. Para más tarde, comprender al otro. Sé, es extraño este texto. Quizá la frialdad y el prejuicio lo están escribiendo. Y sea, simplemente, que somos animales humanos, cuyos deseos, cuyas fantasías. Entiendo que la monogamia es una construcción social. Entiendo que el amor libre puede ser poderoso, porque la intensidad, la magia, los pequeños resquicios de libertad, la aventura, y que puede sostenerse dicho amor oculto y a la vez, valorarse con mayor ímpetu al amor formal. Con límite destacado. Sin collages. Se puede amar a dos, tres, cuatro personas al mismo tiempo. Sin que por ello, uno mismo deba enjuiciarse. El amor es un misterio sagrado. Pero, en verdad, no sé de qué se trata o sí sé. La verdad habita en cada ser humano. No en estas letras. 


Con el grito y la llaga me lo contó un amigo de un amigo.