Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





No vendrá vestido de rojo un hombre grueso, con mirada tranquila y voz de trueno al reír. Pero sí puede venir una onda encantada, verde, amarilla y roja. Un viento noble que lave nuestros errores, también las injusticias, el dolor. Un viento noble que celebre igual que el corazón, con su música continua, con su capacidad de dar y recibir de la misma manera. Un viento que nutra la búsqueda y los sueños, la humanidad de la creencia en un mundo distinto, de iguales, donde la riqueza sea distribuida con justicia, donde a nadie le falte el pan y el abrigo, donde la Madre Tierra sea honrada y bendecida, donde el amor y la paz sean cimientos para cualquier construcción, individual, colectiva, ideológica, política, espiritual.

Que en estas fiestas, en este año que termina y en otro que comienza que el AMOR sea el camino y la respuesta para todos.

¡Felicidades!