Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





Madre no es una ni una manera

Reflexioné sobre la maternidad y otras dimensiones. Ustedes me ayudaron y se los agradezco. Los etiqueto porque comentaron y cliquearon. Comprendí que para muchas mujeres la creación de sus hijos es motivo de orgullo y autoafirmación. Si yo amo mis poemas, cuentos y artículos, ¿cómo no habría de amar una mujer a sus hijos? Si yo muestro mi arte, ¿cómo una madre no habría de mostrar a sus hijos? Quizá si yo tuviese una familia también la mostraría. Quizá. Y ni hablar si tuviese la familia Ingalls. Comprendo y valoro que se trate de Amor. Mostrar amor. Aún así, y por cuestiones que hacen a mi experiencia, sí sostengo que todavía nos quedan tres mandatos por destruir. 1-y quizá el más peligroso: “mujer, no envejezcas”. O sea, Sean Connery puede ser sensual, yo no puedo. 2-“mujer, si no tenés un hijo no sos una mujer completa”. O sea, una mujer -y en este caso, las incluyo Leo, Lore, San, DaniA y Ana, ustedes alumbran muchas dimensiones, al igual que mis mejores amigas y otras freakys que conozco- una mujer puede alumbrar consciencia, militancia, misticismo, arte, bondad, compasión. 3-“Para ser madre hay que esperar el indicado” O sea, ser familia monoparental es una elección, tal válida como cualquier otra, no niego el Principio -hermético- de Generación, me refiero a que el deseo de ser madre es el deseo de ser madre, no puede estar supeditado a un hombre. Cada una milita a su manera, yo no uso la x en los plurales pero estoy tratando de seguir reconociendo y celebrando la belleza de mis canas.