Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





pienso

Sé, me fui de una manera horrible para muchos, de Buenos Aires. Sé que dije muchas cosas, sin filtro. Que no me despedí de todos. Prisionera de mí misma. Tan pocos me entenderían. Y ahora, desde tan lejos, tan enraízada, pero a la vez, tan asustada. Las nubes de mi confusión cada vez más lejos. Más cerca mi norte, aún tan díficil para sostener.

A veces me pasa que me contento con el humo de un sahumerio, sus formas sigilosas, cambiantes, son una fiesta para mí.

Aún espero a mi compañero de camino. El definitivo. Si es que existe. Y sí, amé y fui amada, muchas veces. Y fue hermoso, cada vez, y a cada hombre, mi agradecimiento. Y mis disculpas también. No a todos. Pero sí a muchos.

Como dice el Osho, primero hay que ser un gran pecador para ir camino a otra cosa.
Me equivoqué mucho en tantas cosas, ojalá esté camino a otra cosa.

Recién hoy me animo a subir estas líneas, es enero, en San Salvador de Jujuy.

Y sí, ya sé, podría estar disfrutando de todos ahora. Ya lo sé y pienso en si cuando regrese no están. Pero necesito hacer esta experiencia. Y voy a llamarlos y escribir seguido.

Los que me conocen profundamente, saben por qué, desde cuándo, sueño con mi norte.

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