Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





Figuras de la Corte: Caballeros

Lo primero que viene a mí son los templarios, aquellos monjes guerreros, a la vez banqueros. También pienso en un samurai, en su Bushido, poderoso código de ética. En ciertos períodos de la edad media, los caballeros, generalmente, eran de Sangre Real. Además de compartir valores y aptitudes, virtudes y exigencias, salían de los dominios reales, para conectar el afuera con el adentro, con su Rey. Eran luchadores y mensajeros. Prontos a la batalla, si era necesario. En el Tarot nos encontramos con cuatro estilos. Caballero de Fuego, de Tierra, de Aire, de Agua. En el primer caso, Caballero de Bastos (Aries, Leo, Sagitario), el caballo cabalga en justa medida, aquello iniciado por el paje sigue su cauce. Aventurero, fiel, atento a descubrir, fogoso, impulsivo, orgulloso de su estirpe, con armadura y ropaje amarillo (inteligencia) sabe hacia dónde o quizá su intensa brasa lo guía. El caballero de Oros (Tauro, Virgo, Capricornio) observa a la Reina, tal vez vuelve de la marcha con aquello que ganó: un pentáculo como una moneda brillante en la mano. Su caballo no se mueve, sin embargo, el resultado de su viaje puede querer decirnos: persevero, aún no hay consumación sino constancia. Práctico, sensato, cauto, ordenado. Útil a su linaje, debido a su disciplina. Llega el viento, arremeter por lo que se quiere, un caballo con brío, el Caballero de Espadas (Géminis, Libra, Acuario), posiblemente sale del Palacio para intentar la victoria. Su paso es rápido y salvaje, como una tempestad. Su espada en alto. Elevado el valor que da a sus ideas. Originales, extravagantes, creativas, expansivas. Es el pensamiento que abraza lo emprendido por el Paje, y sigue como las aguas, siempre en transformación. El caballero de Copas (Cáncer, Escorpio, Piscis) parecería volver, contemplar a su Reina. Copa en mano, posiblemente traiga noticias. Cabalga despacio. Nunca se sabe cuándo una emoción puede destinar el acto. Soñador, comunicativo, encantador, galán capaz de conquistar  a la dama que considere digna (en nuestra época, afortunadamente, las mujeres conquistamos, como cualquier hombre). Su casco lleva alas, me recuerdan al dios griego Hermes, justamente, el mensajero de los dioses.  ¿Cuál será el color de los mensajes que trae el Caballero de Copas? La Reina puede intuirlo.