Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





Cosificación y autocosificación

Me enseñaron el Arroz con Leche, me enseñaron sobre un príncipe azul, me enseñaron que papá era el fuerte del hogar. Soy una mujer ahora, sin embargo, intentan seguir enseñándome, o mejor dicho: imponiéndome.


Patriarcado significa predominio, voluntad, del hombre sobre la mujer. En ámbitos que hacen a la intimidad y además, al afuera. Vivimos en una sociedad, donde la mujer va ganando su patria, el territorio que la historia intentó negarnos. Ahora se escucha nuestro rugido con mayor fuerza. Pero hay tanto más por rugir. 


Cosificar es hacer de un individuo, una cosa para su uso: mujer objeto, para el deseo sexual del hombre. Bien sabemos por los medios de comunicación, por la publicidad, el modelo de juventud, flacura y belleza imperante, de status, de objetos, de estilos de vida. Presión. Bien sabemos sus consecuencias, en cierto grado, la autocosificación. Lo que significa que se trata de la observación ajena. Una personalidad gestada en las exigencias que el sistema requiere. 


Principalmente, en las Redes Sociales, donde se intenta exponer una identidad digital que, generalmente, no es verídica, encauzada hacia la aprobación masculina. Siendo ese objeto de deseo cuando las selfies dominan lolas y colas. O una sugerente parte del cuerpo. Desde la espontaneidad o la pose. Se busca la aceptación del hombre. Un Me Gusta puede hacer la diferencia entre sentirse aceptada o rechazada. La autocosificación, en mayor medida, se da en niñas y adolescentes. 


Una de las suposiciones más fuertes tiene que ver con la falta de autoestima de quienes se exponen de dicho modo, autocosificación que puede generar trastornos físicos y psíquicos. Como la anorexia y la bulimia. La ansiedad. La inseguridad. El aumentar, a través de elementos estéticos, la vigilancia hacia el cuerpo. Una certeza, los deberías culturales las convierten en víctimas. De su autoimagen, de su propio cuerpo. De la mirada del otro, que cobra relevancia sobre quién se elige ir siendo. 


Pues, por ejemplo alcanzar las imágenes de mujeres “tendencia” perjudica la imagen real, otorgando un modelo de flacura extrema o bien de curvas extremas. Dietas, aumento de pechos, vergüenza si no se adapta a los cánones de belleza. Resultado de tendencias histéricas, irreales. Que algunas mujeres siguen. Cueste lo que cueste. 


Cada mujer, indistinta su edad, si maneja o no Redes Sociales, es permeable al mandato cultural que nos obliga ser un cuerpo de juventud y belleza. Aún hay tanto por rugir. 


En la antigua Grecia, cuando también éramos maltratadas, surgió una diosa lunar, hechicera, amiga de Perséfone. Se llamaba Hécate, una de sus representaciones era: la doncella, la madre y la anciana. Contenía todo el saber femenino. Con el tiempo, su poder perdió efecto. Ella nos enseñaba -y nos enseña- que cada instancia es vital, necesaria; pero sobre todo, la gnosis -del griego, Conocimiento - de la mujer más experimentada. Pues integraba el saber de las otras dos. En este tiempo, la mujer sabia gana y pierde. Gana en quiénes pueden Ver su sabiduría y pierde al parecer descartable, dado que aún, además, no nos dejan envejecer.


Hombre, te habla Lilith


Supe cosechar en comunión con la tierra

construiste el templo y la guerra 

fui habitada por los dioses y profeticé

robaste mi voz

dijiste quién sería mi amado

dijiste que tenía que parir

lloré con la Luna

mientras leías y escribías

yo trataba de entender

mi sabiduría ardió en tu hoguera

en tus muros, sigo siendo sólo belleza

desde entonces no me dejás envejecer

reconociste mis manos y las explotaste

negaste mi criterio

ocultaste mi canto

pero mi rugido

ahora es más fuerte que tu historia 

y Dios nos forma del mismo barro.



Bibliografía

-Alba Moya-Garófano, Dept. de Psicología Social, Universidad de Granada, España

en elfeminismo.com

-es.quora.com

-aymeroman.blogspot.com, Texto de Marta Fontenla

-www.mujeresenred.net

-Cosificación de las adolescentes en las Redes Sociales Digitales, por Garazi Urdangarin Aranbarri