Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





El Colgado


Carta 12, El Colgado

“Quién por fuego, quién por agua (…)”
“(…) y de parte de quién debo decir que llama”.
-Leonard Cohen-

Después de la Hechicera el camino se volvió más bello, voz del río, piedras coloridas, flores gigantescas, árboles trepando por la luz. Allí lo veo. Entre dos troncos. Atado desde la pierna derecha, formando una cruz con la otra pierna y los brazos atados hacia atrás, un triángulo configura con su pecho. Su cabello es azul al igual que el cielo. Pienso que está sufriendo pero mientras me acerco su aspecto parece decirme lo contrario; aquí estoy, por llamado y elección, en armonía y paciencia; una oruga en la instancia final para transformarse en mariposa; donde estoy “el fuego y el agua no se combaten” y el Creador aparece en el silencio. Unas monedas caen de sus bolsillos. El Colgado abandonó la búsqueda material, comprendió que se trata de la vida y su bendición. Darse por amor. Su número, el 12, representa la compensación del hombre, el reconocimiento de la expresión, 1 como fuente, principio activo, 2 como lo otro, principio pasivo. Me trae el 3 como fruto y resultado. Y las 12 tribus de Israel y los 12 apóstoles. La idea, también, de ciclo completo, diferente al Hermitaño y La Rueda de la Fortuna. Lo recibo como un apóstol peculiar. Relacionado con el signo de Libra, regido por Venus, signo de energía de belleza, comprensión, refinamiento, síntesis. Conclusión del viaje del Mago, es decir, del 0: mi Loco peregrino. Las seis ramificaciones de cada lado, me traen al Colgado como un Sol haciendo su paso por los 12 signos. Aún no se ha iluminado, pero está cerca. Muy cerca. Abierto a la verdad celeste, sabe que más allá: la puerta de la elevación es el sacrificio por amor. El Colgado ha parado el afuera para asimilar el extenso recorrido. Observa la vida de una manera diferente a mí. Y quizá los troncos sean como las columnas del templo, a la derecha la Ley y a la izquierda la Libertad. El Colgado a pesar de parecer inmóvil y puro, tal vez, deberá elegir una vez más.