Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





El Mago


Carta 1, El Mago

“Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.”
-Albert Einstein-

Mi Loco encarna a un hombre joven. Mercurial. Movedizo. Todo en él es ágil, rápido, versátil. Parece veraz, ingenioso. No escucho lo que enuncia. En el I Ching se dice que la alimentación es un movimiento de afuera hacia adentro, hay que ser prudente para saber qué elijo de mi afuera para nutrir mi adentro, pero “no sólo de pan vive el hombre”, por otro lado existe el movimiento contrario, de adentro hacia afuera, hay que ser aún más prudente: es la palabra. Dios creó al mundo con su palabra. El Rabí crea al Golem. Abracadabra y las puertas se abren. El Mago está creando su mundo. Buscando el Nombre Oculto. Advierto: yo también puedo crear. Su mano receptiva apunta al cielo con su varita, color tierra y color negro, el color del inconsciente, la varita es la representante del Fuego. Su mano activa empuña un oro, representante de la Tierra. Sobre su mesa de trabajo, los cuchillos, el elemento Aire y las copas, el Agua. Los cuatro elementos que derivaron de las cuatro cualidades primitivas, cálido, seco, húmedo, frío. Más tarde será Empédocles quien las agrupa y las nombre como divinidades, Zeus (Fuego), Hera (Tierra), Nestis (Agua) y Aidoneo (Aire). Más tarde vendrán Platón, Aristóteles y los cuatro elementos que conocemos ahora. Y los Elementales, seres que nos guían: salamandras, gnomos, silfos, ondinas. Estoy frente al arquetipo del creador, también buscador espiritual. Quien dispone, justamente, de los cuatro elementos. Fuego, deseo. Tierra, acción. Aire, pensamiento. Agua, emoción. Su sombrero en forma de ocho representa el equilibrio perfecto, mientras que el 1, lo activo, masculino, penetrante, el Cielo, el Dragón, diría el I Ching. Los colores de su atuendo me recuerdan al Loco, verde, amarillo, azul, naranja. Sus cabellos son blancos, pureza, y oro. No puedo escuchar sus palabras pero puedo ver que trabaja, se mueve, pregunta, responde. El Mago me dice ahora que dispongo de mi deseo, intuición, acción, percepción, pensamiento, sentimiento, para crear mi mundo, en los márgenes que dispone Dios. Un caldero en su mesa, evoco a la Hécate griega y su descendencia. Hay una pata de la mesa que no puedo ver, no sé si está bien arraigada a la tierra, sino es así, su trabajo puede caer y el honesto Mago podría transformarse en un charlatán o en quien no tiene la voluntad para llevar a cabo la difícil empresa de crearse a sí mismo. Según OSHO, la creatividad es una forma de vivir, cada acto hecho con consciencia es creativo, bello. Mi Maga interior brota con la fuerza del intercambio, la comunicación. Mi identidad se nutre con cada pájaro que sale de mi galera.