Carta 3, La Emperatriz
“Árbol de la esperanza, mantenme firme”.
-Frida Kahlo-
-Frida Kahlo-
El
número tres es resultado, síntesis y expresión. Frente a mí una mujer
exuberante, maternal, ilimitada en la naturaleza. Sus cabellos blancos, pureza,
como la nieve. Sentada en un trono, lleva corona y cetro. La Emperatriz es el
primer personaje con un cetro. Y es una mujer. Ella ejerce poder sobre la
abundancia de la Madre Tierra. Es protectora de lo que crece. Es a partir del
fruto de la creación del Mago y el misterio de la Papisa. Emperatriz como
estallido de creatividad y belleza. Generación y entrega. Todo lo que conozco
de la tierra está contenido en ella. Su pensamiento está elevado a la nobleza,
quizá a las virtudes que enseñan los taoístas, amor, sabiduría, cortesía,
justicia y fe. Su mano receptiva impera con el cetro, un globo terráqueo del cual
se desprende una cruz, si lo invierto es el símbolo de Venus. La diosa romana
de la belleza y el amor. Afrodita para los griegos. Astarté para los fenicios,
diosa también de la opulencia de lo natural. Astrológicamente, Venus es la
manera de atraer, amar, limar conflictos, el impulso estético, la búsqueda de
armonía y también la buena suerte. Se le llama Benéfico Menor. La Emperatriz es
muchas diosas. Sobre su pecho un triángulo, símbolo del Espíritu. En su mano
activa un escudo donde un águila, el ave consagrada a Zeus, dios griego del
cielo y de la tierra, águila: símbolo del alma y de la vida. El bulto en su
vestido azul y rojo me da la impresión de un embarazo. En este momento me
siento rodeada de encanto, amor y bienestar. La Emperatriz protege. Me enseñará
el orden invisible detrás de los fenómenos naturales. Tomará mi mano como si
fuese su hija pequeña y contemplará, con los ojos de la gracia, mi feminidad.
Te llamo madre, Emperatriz, te llamo diosa, te invoco para que me des la
resistencia del árbol, la ternura de la flor, la perseverancia de la hormiga,
la humildad del guijarro y la fuerza del yaguareté.