Carta 2, La Papisa
"La carrera se hace en público, el talento en la vida
privada".
-Marilyn Monroe-
-Marilyn Monroe-
Parece
examinarme, ponerme a prueba, tal vez quiere saber si soy apta, en esa clase de
aptitud que requiere la quietud del templo. Sus ojos son dulces y pacíficos,
femeninos y discretos. Detrás de su figura, el velo. ¿Será el mismo velo que se
rasgó en dos esa tarde al morir Jesús? Ella custodia el misterio. Ella sabe.
¿Podría llamarla Juana como la Papisa legendaria? Una corona, símbolo de poder
y sacerdocio, un velo blanco para ocultar su cabello. Es casta esa mujer y sin
embargo: fecunda como la Luna. Una cruz solar casi en su pecho.
Astrológicamente la línea vertical representa el principio activo y si voy más
allá diré que es lo divino, infinito, masculino; la línea horizontal es el
principio pasivo y también voy más allá y digo es lo humano, finito, femenino:
el cruce de ambas: todo lo que existe. En sus manos la Torá: Génesis, Éxodo,
Levítico, Números, Deuteronomio: los cinco primeros libros del Antiguo
Testamento, escritos por Moisés. Otros dicen que es el Libro de la Vida, que se
menciona en Apocalipsis, del Nuevo Testamento, libro donde se encuentran los
nombres de los salvos, quienes tendrán vida eterna cuando Cristo regrese. Puede
ser cualquier Libro Sagrado. Su manto es azul profundo, como la noche generosa.
Rojo por debajo, que asoma tímido, pues ella no hace, o mejor dicho, hace de
una manera diferente al joven Mago. Pasiva. Ve. Lee mi alma. Sabe de la
sensibilidad. De la introspección necesaria para acceder al ritual. La ciencia
que oculta detrás del velo es su dominio. Fe y claridad para ingresar, honesta
búsqueda. La Papisa sin decirme, sin pararse siquiera, da cuenta de la intuición
y la videncia, la capacidad receptiva, el estar vacía para recibir la
información celeste y colmarse de inspiración, como María fue habitada por el
Espíritu Santo, como las antiguas pitonisas griegas era poseídas por sus dioses
en oráculo. El número de la Suma Sacerdotisa, el dos, es de acción interior,
símbolo de lo otro, lo opuesto que a la vez complementa. La Papisa aconseja
navegar en mi territorio interno, encontrar el silencio y saber que hay
secretos que es mejor guardar.