Carta 8, La Justicia
“Estoy en el camino correcto, nene,
nací para ser valiente”.
-Lady Gaga-
nací para ser valiente”.
-Lady Gaga-
Me
mira con los ojos bien abiertos. La justicia de los hombres tiene los ojos
vendados. La Justicia de Dios los abre, nos contempla. Debo ser valiente. La
Justicia observa el pasado y en la balanza pesa las acciones. Con la espada
convoca el equilibrio. Me recuerda la historia de Salomón, cuando dos mujeres
se presentaron ante él para exigir la maternidad de un pequeño, Salomón pidió
la espada para dar a cada madre una mitad, en ese momento la verdadera mamá
negó su derecho en favor de la otra mujer, entonces el sabio rey pudo darse
cuenta quién era la progenitora real y dar su compensación. También en mi memoria la sala del Juicio de Osiris, donde el
corazón era pesado en la balanza, la diosa Maat ponía una pluma en el otro
platillo: ambos debían pesar lo mismo. Pluma y corazón; significaba que los
actos habían sido rectos. La Justicia lleva una corona. Un grueso collar de
oro. Azul y rojo su vestido. Sentada en el trono, revela equidad. El número 8
representa la verdad del ser humano, también el perfecto equilibrio y la
eternidad. La Justicia no sólo da cuenta por esta vida, también señala las
anteriores, cada encarnación que ha resultado en parte de la mujer que soy.
Para bien, para mal. En un camino de rosas y espinas. Intensidad. Se dice que
el sabio va atento a la causa, el necio va temeroso del efecto. “Toda causa
tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley;
la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay
muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley” -Kybalión-. La Justicia
me hace reflexionar sobre mi conducta, las causas que he sembrado y los efectos
que podré esperar. Se trata de mi péndulo interior, de la conciencia en cada
oscilación, sabiendo que la fuerza aplicada a un lado será la misma hacia el
otro. Recuerde o no mi accionar, la Justicia siempre me mirará con claridad a
los ojos.