Meditación

Alas y raíces
en el centro
cuando me encuentro
dentro y fuera de mí.





La Estrella


Carta 17, La Estrella

“Hemos llegado demasiado lejos
para dar por vencido quienes somos.
Así que vamos a levantar el bar,
y nuestras copas hacia las estrellas”.
-Daft Punk-

Los Reyes Magos siguieron la estrella de Belén. Quizá el brillante Júpiter. Los Reyes Magos siguen la estrella, buscan a Dios y “Dios nos busca a nosotros al mismo tiempo”. La Estrella es la carta de la esperanza. También la carta de la Astrología. Después de la destrucción de la Torre, arribo a un paisaje nuevo, de cielo profundo y río serpenteante. Una mujer de cabello azul, como el Colgado, como la Templanza, vierte dos jarras, una en el río, la otra en la tierra. Cada vez estoy más cerca del milagro. Siento que la vida fluye con belleza y vitalidad. Renovación que trae bienestar. La joven desnuda me recuerda a la Hebe griega, diosa de la juventud, esposa final de Hércules, portadora de la ambrosía que bebían los dioses. Se cuenta que la joven derrama el fluido de la vida universal, purificando su propia vida y su alrededor. Al igual que el aguatero de Acuario, derramándose sin distinción, sobre todos, sobre todo. Atrás, un ibis, representante del alma egipcio, a veces sobre una flor, representante del cuerpo pasajero. Arriba, las pléyades, un cúmulo de siete estrellas en la constelación de Tauro, mitológicamente: hijas de Atlas y Pléyone. La estrella que más brilla es el planeta Venus, Lucero de la Tarde, peculiar para mostrarse. También podría ser Mercurio, planeta al que se vincula el arcano. 17 es el número del camino de la realización y la recompensa. La mujer inspira, como el Verbo inspira. Si entiendo el mensaje de los astros, quizá mi vida se vuelva un caudal incorruptible. Percibo bondad en la mirada de la joven, recibo alegría. Todo va a estar bien. Aquí y ahora. Mis tránsitos planetarios son favorables. Tengo fe en mi buena estrella. Voy a seguirla.